Cómo influyen los colores en nuestro estado de ánimo
Elegir un color u otro para pintar nuestro salón o habitación, puede parecer una decisión de lo más trivial. Pero si atendemos a los expertos, que aseguran que los colores de los que nos rodeamos influyen directamente sobre nuestro estado de ánimo, quizá nos replanteemos la importancia de este asunto. Y es que, ¿quién no quiere sentirse bien, enérgico y positivo durante el día?
Si te encuentras en ese momento crítico de elección de color para pintar alguna de las habitaciones de tu casa, presta atención y descubre cómo influyen los colores en nuestro estado anímico.
¿Qué color me conviene?
Si dividimos la paleta de colores en dos, podremos observar una gama de colores fríos (negros, grises, azules, morados y verdes) y otra cálida (rojos, naranjas y amarillos).
Los colores fríos, por lo general, transmiten sensación de calma, control y estabilidad.
Por el contrario, los colores cálidos, nos envuelven de sensaciones más excitantes; emoción, diversión, pasión y vitalidad.
Ahora bien, no todos los colores y tonalidades están indicados para todo el mundo. El color ideal para ti dependerá directamente de tu personalidad y actitud hacia la vida.
Por ejemplo; si sueles verte embargado por sentimientos negativos con frecuencia, sueles sentirte desmotivado o angustiado, lo ideal para ti sería rodearte de colores enérgicos como el rojo o el naranja en todas sus tonalidades. Si, por lo contrario, eres una persona más bien hiperactiva y sueles sentirte ansiosa o impaciente, tus colores ideales serían los verdes y azules en tonos claros y pasteles.
Efectos anímicos de los colores
Para que entiendas mejor qué color es el ideal para tus paredes, vamos a hacer hincapié en los colores principales de la gama cromática y en los efectos asociados.
Blanco
Aporta luz y sensación de amplitud, por lo que nos transmitirá sensaciones de tranquilidad y frescura. Este color, además, facilita la concentración, así que podría resultar ideal para un despacho o la pared en la que se encuentre el escritorio donde estudian los más jóvenes de la casa.
Azul
Transmite serenidad y concordia, pero se recomienda aplicarlo con mesura ya que su uso excesivo puede llevar a la apatía. Podría ser el color ideal para los dormitorios.
Verde
El verde en todas sus tonalidades nos transmite confianza, calma y bienestar, lo que lo hacen un color ideal para pintar el salón. Es recomendable usarlo en tonos suaves si el espacio que vamos a pintar es pequeño.
Amarillo
Este color nos predispone a la acción, transmitiéndonos energía, seguridad y optimismo. Es perfecto para un cuarto de juegos y las habitaciones infantiles o para el salón en tonos suaves.
Rojo
Si bien el color rojo transmite también energía, pasión y determinación, los estudios demuestran que resulta un color demasiado agresivo e incluso estresante para según que personas. Por ello, recomendamos aplicarlo con moderación, en rincones estratégicos de la casa y nunca cubriendo por completo las cuatro paredes. Por ejemplo; aplicado en la pared del cabecero de la cama del dormitorio principal, puede resultar ideal. En cambio, si pintamos el pasillo más estrecho de la casa íntegramente de rojo, solo conseguiremos tener sensación de agobio cada vez que lo crucemos.
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