6 cosas que deberías tener en cuenta si quieres pintar de color blanco
El color blanco es siempre un acierto... ¿O no? Hoy te traemos algunas ideas, consejos y trucos para que aciertes en tu elección y aprendas a sacarle el máximo partido a pintar las paredes de color blanco.
Y es que, por muchos colores que haya, el blanco sigue siendo el color estrella y el más utilizado a la hora de pintar una casa.¡Normal! Es que son muchas las ventajas que ofrece.
Para empezar, el color blanco hace las estancias más amplias y luminosas. Además es más fácil de aplicar que otros colores y su precio es inferior.
Eso sí, hay cuestiones a tener muy en cuenta para que el resultado sea perfecto. Te contamos cuáles son:
1. Fíjate en la luz natural
Como decíamos antes, el blanco refleja muy bien la luz y por ello aporta luminosidad a las estancias. No obstante, debemos usar el tono adecuado de blanco en función del tipo de luz natural (y la cantidad) que reciba el espacio: un blanco muy puro optimizará el efecto de un espacio soleado y lo refrescará, pero puede hacer que otro sin sol directo se vea triste y sin vida. En este último caso, opta por un blanco roto, un crema o blanco con un toque suave de amarillo.
2. Y en la artificial
Procura evitar fuentes de luz muy intensa sobre las paredes blancas, ya que éstas pueden deslumbrar. Opta mejorr por luminarias con pantallas y colocaciones indirectas. En cuanto a la temperatura, escoge mejor lámparas cálidas que emulan el efecto de los rayos del sol.
3. Aporta texturas
Apuesta por texturas marcadas en alfombras, cortinas o cojines. La iluminación creará interesantes juegos de luces y sombras.
4. Usa el mismo tono de blanco
Así unificarás el espacio y le darás una mayor sensación de continuidad visual. Además, es una forma de restar peso visual a piezas muy voluminosas, como una estantería o un armario muy grande.
5. Elige mate o satinado y consigue el efecto deseado
La pintura de acabado mate aporta sobriedad y elegancia. Además, disimula las imperfecciones de las paredes y los techos y es más cubriente que otras. Por su parte, la pintura satinada es más resistente y lavable, y, por ello, se suele aplicar en zonas de mucho paso y superficies con limpieza frecuente.