Color rosa en decoración ¿Lo amas o lo odias?
Para unos el color rosa es un tono dulce y delicado... Para otros es un color muy ñoño y cursi… Hablamos del color rosa, adorado y odiado a partes iguales, es un color que, sin duda, no deja a nadie indiferente.
En su defensa, debemos decir que el color rosa es un tono que inspira positivismo y enegría, sin llegar a ser tan agresivo como el rojo. Podríamos decir que es un tono optimista. Seguro que habéis dicho o escuchado alguna vez la frase "ver la vida de color de rosa" que hace referencia a verla de forma positiva y optimista. El rosa nos recuerda a las flores frescas y es una tonalidad que suele asociarse con la inocencia, la infancia, la delizadeza... Podríamos decir que es un color algo poético que transmite calma y serenidad.
En su contra, cabría señalar que es un color con claras connotaciones infantiles por lo que debemos tener cuidado con su uso en exceso. Por ejemplo, en su vertiente más viva, (fucsia), se recomienda usarlo en una sola pared, un solo mueble pesado (sofá, alfombra, etc.) y algún pequeño objeto o complementos, ya que es un color muy potente. En sus vertientes más claras (rosa chicle, rosa palo, etc.) se puede utilizar en la pintura de las paredes y en papeles pintados, así como en vestidores y baños, por su poder calmante, aunque su uso más habitual es en habitaciones de niñas.
En Feng Shui, el rosa como es un color fuerte, poderoso, energético y de vibraciones positivas. Detiene los malos pensamientos, suaviza los deseos negativos, envuelve el hogar con un halo de afecto y promueve el buen entendimiento amoroso y afectivo.
Combínalo con blanco (que le aporta luminosidad), con fucsia , con lilas y morados y con grises y azules. También puede quedar bien con mostaza y dorado.