Rejuvenecer la cocina con soluciones low cost
¿Cuántas veces nos hemos planteado reformar la cocina de casa pero nos hemos echado atrás bien por el presupuesto o por lo engorroso de las obras? Seguro que mil veces. Y es que cambiar una cocina de arriba abajo no es barato, desde luego, pero existen soluciones intermedias para rejuvenecer este espacio de la casa con recursos low cost que nos pueden dar un resultado excelente y, además, sin necesidad de acometer demasiadas obras.
Como ya hemos comentado, vamos a dar soluciones para reformar la cocina sin realizar obras. Nos centraremos en el espacio que tenemos, así que no nos planteamos tirar tabiques para ampliarlo anexionando otra habitación de la casa, simplemente se trata de darle un lavado de cara.
Pintar los muebles
El cambio de mobiliario se lleva la mayor parte del presupuesto a la hora de reformar una cocina. Muchas veces no nos planteamos que, seguramente, no es necesario reemplazar los muebles por otros nuevos. ¿Solución? Pintarlos.
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Evidentemente lleva trabajo, pero el resultado merece la pena. Si se siguen una serie de pasos de manera ordenada todo nos resultará mucho más sencillo.
- Eliminar bien la suciedad, restos de grasa, que puedan tener los muebles utilizando agua templada con jabón especial para madera o amoniaco.
- Desmontar las puertas y cajones y retirarles los herrajes, tiradores… y guardarlos para volverlos a colocar cuando el trabajo esté acabado.
- Aplicar una imprimación para sellar la madera y permitir que la pintura se adhiera mejor. Esto va a propiciar que la nueva pintura os dure más tiempo.
- Ahora solo nos queda elegir la pintura y el color. Aunque existen muchos tipos de pintura para los muebles de cocina, los expertos suelen recomendar los esmaltes, que tienen una gran capacidad de agarre y los acabados están disponibles en mate, satinado y brillante.
- Con dos capas de pintura suele ser suficiente. Es importante lijar entre ambas capas para obtener un resultado profesional. Cuando la pintura esté bien seca hay que aplicar un protector.
- Un consejo: si queréis que el cambio de vuestros muebles sea aún más evidente reemplazar los tiradores antiguos por unos nuevos más modernos.
Pintar los azulejos
El segundo trabajo que debemos abordar para cambiar nuestra cocina son las paredes. Pero nada de tirar el alicatado abajo. Si las baldosas ya están anticuadas, desgastadas o, simplemente, nos hemos cansado de verlas, también las pintamos. Sí, hoy en día eso es posible, existen productos fantásticos que hacen que las baldosas parezcan nuevas.
Son esmaltes sintéticos muy resistentes a la humedad y a los roces y disponibles en una amplia gama de colores. Se aplican con rodillo y normalmente se necesitan dos manos.
Renovar el suelo
Por último, también podemos cambiar el suelo sin necesidad de realizar obras, instalando una tarima flotante o lamas de vinilo. La ventaja de estos materiales es que se colocan sobre el suelo existente, son ignífugos y resistentes a la humedad. Los acabados nos ofrecen infinidad de colores y acabados, desde imitación a madera, mármol, baldosa hidráulica… Por lo que seguro que vamos a encontrar uno que se adapte a nuestro proyecto.
Ahora ya es solo cuestión de ponerse manos a la obra.
La autora del post:
Mara Romero, quien ya ha colaborado en otras ocasiones en nuestro blog, es periodista y una apasionada de la decoración, concretamente del estilo shabby. Si te ha gustado este artículo no dudes visitar su blog Deco Shabby y seguirla en Twitter para estar al día de sus interesantes publicaciones y consejos.
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